La metáfora de Edipo
- Oscar Esquivel Tannure
- 21 abr 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 abr 2018

Aunque no hayan leído la obra, muchos de mis lectores van a conocer la famosa historia del héroe griego, objeto de múltiples interpretaciones a lo largo de los años. Freud, por ejemplo, la utilizó para connotar un estado psicológico del ser humano que se ve incapaz de superar el amor que siente por su madre. Pero, para los que no conocen la historia y llegaron acá por curiosidad, les dejo un breve resumen de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Edipo_rey
Ahora sí. El propósito de este artículo es ofrecer llegar a una interpretación más profunda de la historia (sin por eso llegar a un análisis pormenorizado de la obra) Comencemos con un pequeño estudio de la tragedia:
Edipo es un príncipe y, como tal, representa al hombre en su estado de excelencia. Sin embargo, el protagonista va a estar (desde el principio) marcado por la fatalidad. Desconocer su verdadero origen es lo que conduce al héroe al error. Si Edipo hubiese sabido que su madre era la reina viuda y su padre el forastero al que atacó, no habría cometido semejantes crímenes. Ahora nos preguntamos ¿Qué querían explicar los griegos con esta metáfora?
La crítica literaria ve en Edipo al arquetípico héroe trágico que, tras conocer su terrible verdad, debe enfrentarse a las consecuencias que se avecinan. Podríamos pensar, al terminar de leer la obra ¿Pero si Edipo hizo todo bien, qué fue lo que salió mal? Esa pregunta clave para llegar a una interpretación más completa. Edipo es un actor necesario en esta desafortunada rueda de acontecimientos que va a desembocar en su propia caída ¿Pero qué es lo que origina esa caída en primer lugar?
Ya sé. Muchas preguntas y pocas respuestas. Si pensaron, por ejemplo, que su caída se debe a sus crímenes y estos a su ignorancia, están en lo correcto. Pero para entender la complejidad de la obra es necesario volver a la Grecia Clásica. Recordemos que la tragedia debía funcionar como modelo de conducta.
El espectador asistía a una representación dramática con el fin de purgar sus emociones. La compasión y el miedo se fundían en su espíritu como el óleo en el lienzo. La compasión, entonces, conducía al espectador a la identificación. Los griegos pensaban "Claro, si esto le pasa a él (que es mucho mejor que yo) ¿Cómo no me va a pasar a mí?" El temor era infundido por medio del drama para que el espectador se mantuviera sumiso ante las leyes y obedeciera a los dioses.
El adoctrinamiento, entonces, era una de las funciones de la tragedia. Layo no obedece el mandato de los dioses y termina siendo asesinado por su propio hijo. Al igual que él, Edipo desobedece al oráculo y termina precipitándose hacia el abismo. Primera respuesta clave: Lo que origina la caída de los personajes no son exactamente sus crímenes, sino más bien su desobediencia.
Ahora nos vamos acercando un poco más al verdadero sentido de la obra, pero nos quedan algunos interrogantes por resolver. Me van a decir que hago apología de Nietzsche, pero recupero una idea fundamental del filósofo para concluir estas lineas.
Los griegos querían que nos familiarizáramos con el sufrimiento de la vida y la mejor manera de hacerlo era a través del mito. Edipo representa la existencia sufriente del hombre que, de modo inevitable, se identifica con la sabiduría de Sileno «lo mejor para tí es no haber nacido» Pues, en efecto, de no haber nacido, los atenienses se hubiesen librado de la peste y la cólera.
Nietzsche sabía que el pesimismo de los griegos era radical. "Te pueden salir bien las cosas, pero al margen de eso, la vida es terrible" Y, si prestamos atención, Edipo no comete errores en su accionar (o al menos no de manera consciente) Salva al pueblo, resuelve el enigma, se casa con la reina y sin embargo, se condena a sí mismo ¿Pero por qué? Existen varias razones:
• La primera es la intención de fomentar un pesimismo de la fortaleza "Por más que calcules bien, las cosas malas van a pasar igual. Hay que amigarse con el sufrimiento"
• La segunda no se adecua a nuestros parámetros culturales, pero también es válida. Para mantener la ley y el orden moral del pueblo griego, mostrando lo que pasaría si los ciudadanos se salieran de las normas.
• La tercera podría ser: Demostrar que nuestros sentidos nos pueden engañar y que, por tanto, hay que confiar más en la razón y el corazón.
• La última: Para enseñarnos que la búsqueda de la verdad a cualquier precio puede resultar en nuestra propia ruina.
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